Sí, ya sé que el famoso día de los enamorados (o San Valentín) es una fecha popularizada por el marketing y por muchas empresas para explotar el valor comercial de la misma. También sé que muchas personas prefieren llamarlo el día de la amistad. Pero, vamos… ¿Acaso realmente alguien puede dudar que, detrás de todo el “feeling” amoroso que se vende, no hay un movimiento de miles de soles en el mercado?
¿Y qué tal si un poco de esos miles de soles que se van a gastar (¿o invertir?) por tantas personas, fueran a dar en nuestras arcas? Después de todo, business are business (negocios son negocios).
Un romance con la marca
Y es justamente ese instinto de negocio lo que hace que algunas marcas sean un éxito de ventas en tan esperada fecha. Veamos el caso de una reconocida florería peruana que fue la primera en enviar rosas en caja: el 14 de febrero veremos una larga fila de repartidores motorizados y clientes esperando ser atendidos. ¿El secreto del éxito? La marca reconoció en la “caja” un elemento que diferenciaba sus rosas de cualquier otra florería. Elevó la experiencia de regalar flores, de un gesto bonito a una experiencia románticamente llena de status. Tanto así, que al día de hoy son muchas las florerías que ya venden flores en cajas.
Los restaurantes aprovechan en vender cenas románticas a la luz de una vela con fondo musical de violines. Muy romántico, pero también representan más ventas. La cena dejó de ser una simple comida para ser una experiencia emocional de la marca.
O un viaje de descanso que se convierte en un tour del amor en el que narran cómo dos personajes supuestamente históricos luchan contra todo para vivir su idilio (la explicación que muchos guías dan en la Fortaleza de Ollantaytambo – Cusco – dista mucho de la historia real para convertirse en el idilio literario del General Ollantay y su amor imposible Cusi Coyllur). Muy shakesperiano, al más puro estilo de Romeo y Julieta, pero con final feliz. Nuevamente, el triunfo de la experiencia de marca sobre el romance. Muy vendedor.
¿Qué es lo que el cliente recordará realmente de una marca: el precio, el lugar de compra, el envase? ¿O será acaso las emociones, los sentimientos y las experiencias que le hizo vivir? Apueste a lo segundo. Apueste a ganador.
Cómo tener una relación cliente – marca duradera
La relación cliente-marca también es una relación amorosa. El problema para las marcas es que ganar el corazón del cliente no es tarea fácil. Interpretar los “tú sabrás lo que hiciste” que dice un cliente puede significar miles de cosas, y no podemos preguntarle de nuevo, porque lo tomará como si no nos importara. Entonces, como en toda relación, el truco está en entender cada gesto, cada palabra, cada señal y sutileza que nos digan. Felizmente las redes sociales ayudan mucho en el diálogo que podemos entablar con miles de clientes a la vez.
Los tips para una relación larga, feliz, duradera y sobretodo muy rentable con el cliente:
- La marca debe aprender a escuchar, ver, e interpretar todo lo que el cliente manifiesta.
- Planifique la experiencia que le desea brindar a cada cliente. Una experiencia positiva significarán más ventas y más clientes. Una experiencia negativa puede sacar su marca del mercado.
- Las marcas siempre deben trabajar en el control de daños. Tenga un plan de contingencia, siempre. Un plan B. Recuerde que a veces, las experiencias que queremos vender dependerán del factor humano.
- Desde el inicio, considere a su marca como una persona. ¿Cómo quisiera que sea su relación con esta persona?
- La marca debe ser coherente entre lo que dice y lo que hace. Recuerde que hoy en día, los teléfonos celulares también graban y toman fotos. Nada más dañino para la marca que un “ampay” negativo.
Ahora, disfrute su relación. El amor a la marca lo está esperando.
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